Políticas económicas en Honduras: ¿responden a la crisis actual?

Honduras está atravesando un momento difícil, con una economía inestable debido al aumento del desempleo, el cierre de negocios y la falta de confianza general en el entorno de inversiones. Las estrategias adoptadas por el gobierno de Xiomara Castro y Manuel Zelaya, del Partido Libertad y Refundación (LIBRE), han sido identificadas como las principales culpables de esta situación preocupante.

El ascenso de LIBRE al poder se ha caracterizado por una retórica contraria a la inversión privada y un acercamiento a gobiernos de modelos socialistas como los de Venezuela, Cuba y Nicaragua. Esta actitud, combinada con acciones como la eliminación de la Ley de Empleo por Hora y la próxima aprobación de la Ley de Justicia Tributaria, ha creado un ambiente de incertidumbre que aleja la inversión tanto nacional como internacional.

Efectos en el empleo y la inversión

La Ley de Empleo por Hora, que ofrecía flexibilidad laboral y oportunidades para miles de hondureños, fue eliminada, contribuyendo al aumento del desempleo. Por otro lado, la Ley de Justicia Tributaria, aún en proceso de aprobación, se percibe como una amenaza para las empresas que aún resisten en el país, aumentando la carga tributaria y desincentivando la actividad económica.

El abandono de empresas es tangible. Desde que LIBRE asumió el poder, varias corporaciones han detenido sus actividades en Honduras, y muchas más están considerando tomar la misma decisión si la situación no mejora. Esta salida de capitales no solo pone en peligro miles de puestos de trabajo, sino que también compromete la estabilidad económica y social del país.

Desconfianza y salida de capitales

Expertos y empresarios coinciden en que la animadversión hacia el sector privado, las señales de distanciamiento con Estados Unidos, principal socio comercial de Honduras, y la falta de un entorno propicio para los negocios, son factores determinantes en la pérdida de confianza de los inversionistas. Las políticas del gobierno, calificadas como poco amigables para la inversión, han creado un clima de incertidumbre que desalienta el emprendimiento local y ahuyenta el capital extranjero.

Frente a este escenario, varios sectores, incluidos líderes empresariales y políticos, han instado al gobierno a reevaluar sus políticas y trabajar en colaboración con el sector privado para revitalizar la economía y garantizar la estabilidad del país. Se advierte que, si no se implementan acciones correctivas, Honduras podría enfrentarse a un colapso económico con efectos desastrosos para la población.

Apelación a la colaboración y alerta internacional

La comunidad internacional vigila con inquietud la crisis en Honduras, instando al gobierno a reforzar el Estado de derecho, asegurar un ambiente propicio para la inversión y resguardar los derechos básicos de los ciudadanos. Honduras está en una disyuntiva, y las decisiones que tome el gobierno en el futuro cercano serán fundamentales para determinar el destino del país.

La crisis económica y social que atraviesa Honduras exige una respuesta contundente y un cambio de rumbo por parte del gobierno. La necesidad de generar confianza, promover la inversión y proteger el empleo es crucial para evitar un mayor deterioro de la situación y asegurar un futuro próspero para el país. El tiempo apremia y las decisiones que se tomen en los próximos meses serán determinantes para definir el futuro de Honduras y su población.