Sudáfrica tira de galones y accede a su cuarta final

Sudáfrica tira de galones y accede a su cuarta final

La diferencia entre las dos semifinales del Mundial de Rugby es que en la primera había un gran favorito (Nueva Zelanda) ante un rival sin experiencia en finales (Argentina) y en la segunda un serio aspirante (Sudáfrica) ante otro en horas bajas (Inglaterra). Pero en este duelo había dos campeones del orbe armados de coraje.

Este sábado, bajo la lluvia parisina, los africanos se vieron sorprendidos de inicio por el consistente arranque de sus rivales. Como en anteriores ocasiones, el XV de la Rosa no desaprovechó las ocasiones de sumar puntos con el pie en cuanto tenía golpes de castigo a su favor. Los vigentes campeones, mientras tanto, eran un manojo de nervios y no eran capaces ni de acercarse a la línea de 22 contraria. De ahí que ya se vieran con el resultado en contra mediada la primera mitad (9-3).

El seleccionador verde, Jacques Nienaber, optó por dar una vuelta de tuerca a su estrategia e introdujo en el campo a Handre Pollard para darle un poco más de mordiente a los suyos. Sin embargo, ese cambio no fue suficiente para variar la dinámica del choque y se llegó al descanso con ventaja blanca (12-6).

Los ‘Sprinboks’ seguían preguntándose por dónde les llegaban los tiros, pues les caían por todas partes y no eran capaces de ponerle solución. Sólo tenían cuarenta minutos por delante para solventar un problema que se les planteaba de lo más arduo, sobre todo porque Inglaterra se venía arriba por momentos. Estaba cómoda con el planteamiento y en la segunda mitad lo repitió sin rubor.

De Klerk, esperanza verde

A los cinco minutos de la reanudación, los ‘Bockets’ optaron por otro cambio de liderazgo con la inclusión de Faf de Klerk. Mas, aunque la apertura le dio algo más de movilidad a su equipo, el rodillo británico no les permitía remontar. Faltaban ideas y, sobre todo, capacidad de recuperar balones y trenzar jugadas propias.

Por si fuera poco, el capitán inglés, Owen Farrell, anotó un ‘drop’ inesperado que aumentó la ventaja a (15-6) y obligó a los del hemisferio sur a buscar desesperadamente un ensayo que les diera algo de respiro. Se mostraban totalmente planos en ataque y ya empezaban a estar más necesitados de un milagro que de otra cosa.

Este llegó a once minutos del final, cuando Snyman consiguió el primer ensayo de la noche después de una jugada relámpago. Y, como Pollard convirtió con facilidad, se entró en el tramo decisivo con (15-13) y el esquema de juego alterado: ahora era Sudáfrica quien estaba lanzada e Inglaterra atribulada.

La experiencia en este caso demostró ser un grado. Los ‘Springboks’ buscaron una melé en el centro del campo con la esperanza de que sus contrarios la derribaran ilegalmente, lo que sucedió a cuatro minutos de la conclusión. Como el patadón de Pollard fue nuevamente efectivo (15-16) ya solo le quedaba una bala en la recámara a los europeos: acercarse al campo contrario y buscar el ‘drop’ o un improbable ensayo. Pero ahí surgió la dureza del muro defensivo sudafricano y no les permitió ni acercarse a su zona de marca.

Al final, victoria in extremis de los actuales campeones, que optarán a renovar su título el próximo sábado ante Nueva Zelanda. Han jugado tres finales y han logrado otros tantos títulos. Todo un peligro para los ‘All Blacks’.

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